La canción se caracteriza por tener dos partes, las cuales son separadas por un quiebre a la mitad. De acuerdo a la artista, la primera parte del tema es un poco más romántico, pues le explica a un amor que se hallan muy ocupadas y no pueden entregarle lo que necesitan. Al contrario, cuando ocurre el cambio de beat, se encuentran con las dificultades de ser mujer en la industria. Sin embargo, las artistas dicen “francamente, no me importa, yo quiero ser famosa”.

— ¿Cuáles son las fuertes injusticias de una mujer en la música chilena intentando meterse a la industria?

— Son varias la verdad y es brigido porque siento que con esta canción muchas mujeres artistas, colegas mías, resonaron con esta canción. Todas me respondieron como ‘amiga, ¡sí!’. Es real también, hay algo, hay una razón también por la cual en todas las entrevistas nos preguntan ‘¿por qué es más difícil para las mujeres?’ Todos lo sabemos, ahora, ¿por qué? Yo me pregunto por qué, por qué a veces los tratos pueden ser distintos, a las mujeres nos cuesta mucho más que nos escuchen, hay mucho más ciberbullying cuando suben algo de una artista mujer.

“Yo creo que es un problema de estructura, un problema también de sociedad en muchos aspectos, tenemos una industria que aún es muy pequeña, está recién abriéndose (…) pero como aún es muy pequeña, aún hay poco espacio y las mujeres quedan al final y siento que eso es algo que nosotras tenemos que ir luchando y siento que lo estamos logrando”, añadió la artista.

“Yo voy a hacer la música que me nace del corazón, porque es mi propósito y este proyecto culmina un poco en eso, es decir eso: ‘voy a decir todo, no me importa’. Y si voy a hacer una pataleta, voy a hacer una pataleta”, señaló KYA.

Una etapa camaleónica

KYA contaba en La Nuestra que partió haciendo música en su casa junto a su hermano durante la pandemia y que, desde esa época, ha hecho muchos estilos musicales. Por esta razón, hoy confirma que: “Me estoy sintiendo más yo que nunca”. Sin embargo, también considera que está en una etapa camaleónica, pues se ha estado buscando. “Uno nunca deja de buscarse, creo que uno siempre tiene que estar perdido en la vida para encontrar cosas nuevas de uno”, dijo la cantante.

En ese contexto, la artista ha estado en una búsqueda personal, desde su imagen personal hasta cómo se ve. “Con este punto al final que llegué con este proyecto, que culmina en este proyecto, como que me siento más yo que nunca, dije ‘ah, listo, esta era’, pero necesitaba hacer todas estas otras cosas para entender. Y ahora me siento muy KYA”,

“Yo quería generar lo mismo que a mí me genera la música, como un refugio, un entendimiento, una complicidad que no encuentras con nada más que no es con el arte”

¿Macarena o KYA?

El nombre real de la artista es Macarena, pero para las entrevistas o trabajos musicales, se presenta como KYA. “Siento que KYA tiene otra esencia, Macarena a veces es un poquito más reservada”, explicó la artista.

Por otro lado, afirmó ser un espíritu viejo. “Tuve mi momento de loqueo al igual que todo el mundo, salí a bailar, hacía de todo, pero ya superé un poco esa etapa y soy tan feliz cuando llego al silencio de mi casa, donde no me habla nadie, sentarme, leer un libro, tomarme un cafecito o irme al patio, mirar los pajaritos, me gusta mucho eso. Me encanta. Entonces ya no estoy tanto en mi época de disco”, comentó KYA.

Respecto a los gustos musicales de la artista, puedes encontrar desde k-pop hasta reggaetón antiguo. De hecho, KYA mostró en cámara una playlist que creo que tiene más de 1.500 seguidores de puro old school que, en su opinión, tiene todas las canciones de aquel género.

— ¿Cuál es la mejor, según tú, del old school que tienes ahí? La que no puede faltar.

— A mí me gusta muchísimo Don Omar.

— ¿Qué disco?

— King of kings. Ese disco es demasiado bueno.

En cambio, para hacer aseo o cocinar, KYA escucha la playlist “En música señora dolida lavando trastes”, la cual tiene desde Luis Miguel a Rocío Dúrcal. “Esta no la hice yo, alguien la hizo, pero fue para todas las señoras como una”, explicó la artista.

Por otro lado, reveló que le gusta mucho cocinar, pero que es un cero a la izquierda en la repostería. “Yo tengo síndrome del anfitrión, yo invito gente a mi casa y no me siento”, ríe KYA. Sin embargo, aseguró que hace todos los hummus que se puedan imaginar: “también soy vegetariana”.